El hombre en sus inicios estaba condenado a desaparecer, no tenía la velocidad del leopardo, ni la agilidad del mono, ni la fuerza del león, ni siquiera podía esconderse debido a su tamaño; era la criatura mas indefensa de la tierra. Tomo conciencia del peligro y desesperado comenzó a pensar, y desde entonces no ha dejado de hacerlo.
Contingencia de los mundos:
Dentro de los mundos posibles está el propuesto por Vingen, el cual parte del análisis de una de las tantas dimensiones (la dimensión tecnológica y en particular las máquinas) que influyen sobre los cambios de los mundos posibles (espacios de estados). Pero existen otras dimensiones que están influyendo sobre los cambios posibles como la vertiente social (conciencia social), la religiosa, la cultural, la biológica, etc.
Si hacemos abstracción de todas las otras fuerzas y consideramos solo el vector tecnológico de las máquinas: la sociedad posthumana es factible, si tenemos en cuenta las demás fuerzas, esta sería tan solo una posibilidad (nada remota) entre tantas.
La pregunta es: ¿Qué campo humano la máquina no será capaz de abordar? ¿Será en todo mas eficiente que el hombre? Vista como otra inteligencia no humana, sin las motivaciones del hombre, capaz de superar al hombre en todas sus actividades incluso el arte. ¿Que hará el hombre entonces? ¿Tendrá el hombre que imitar a las máquinas? ¿Se dedicará a desarrollar sus potencialidades espirituales?
Como dijimos antes, el hombre no se dedicará a las producciones a gran escala, para ello estarán las máquinas. Cuando se dice máquinas hay que tener en cuenta la variedad de máquinas que existirán, desde el mundo actual resulta casi imposible una clasificación exacta, pero podemos de acuerdo al grado de inteligencia dividirlas en tres grupos: máquinas superinteligentes, máquinas inteligentes y máquinas convencionales.
Además de máquinas de uso general y de uso específico. De acuerdo a estas características ellas estarán ocupando su lugar en la línea de producción, los trabajos tediosos y repetitivos lo llevarán a cabo las máquinas convencionales, la dirección y control de la fabrica las máquinas superinteligentes. El hombre entre otras funciones podría ser algo asi como un productor de cine, el sería quien discute, valora y evalúa junto a las máquinas las producciones necesarias. Hombres y máquinas trabajarían dentro de un sistema cooperativo en la toma de decisiones de las producciones más importantes. Y el resto de los mortales que harán? ¿No existirá el desempleo al desaparecer los obreros asalariados? o ¿llegaremos a una sociedad ideal donde el hombre no se verá obligado a trabajar para poder comer? Si pensamos que el hombre dispondrá de mas tiempo libre, o de todo el tiempo libre y podrá, invertirlo en las tareas mas creativas, asi como en el desarrollo de sus poderes mentales y dejará, entonces, la producción a las máquinas y se dedicará a su desarrollo espiritual. No será posible acelerar el proceso evolutivo del hombre o ampliará el hombre las capacidades de su cerebro a través de un entrenamiento sistemático o podrá el hombre educar sus sentidos hasta alcanzar niveles excepcionales ya sea el olfato, la visión, el oído, el paladar; piensen en los pintores, los músicos, los catadores de bebida, por sólo señalar algunos. No se conocen limites para el desarrollo de los sentidos asi como tampoco se conocen las posibilidades de desarrollo de sentidos extrasensoriales. Entonces por qué no aceptar que el hombre en su relación con la máquina pueda desarrollar habilidades suprahumanas. Puede ser que el hombre estimulado por los progresos de la máquina, como socio cooperativo, se vea obligado a esfuerzos supremos (veamoslo como un complejo de inferioridad ante la máquina) para no ser tratado como un marginado social.
A pesar de nuestras dificultades de las que estamos conscientes, sabemos que nuestro mundo no es el mejor de los mundos posibles; y es precisamente esa conciencia del peligro, de nuestra posible desaparición como especie (la evolución del hombre fue producto de su necesidad de subsistir a pesar de las adversidades del medio) lo que debe llevar a la humananidad a desarrollar sus cualidades espirituales, y según el hombre se siga humanizando como especie tomará una mayor consciencia de su propia dimensión y para entonces no existirá un tercer mundo porque todos los hombres disfrutarán de iguales derechos y todos, sin distinción, formarán parte activa en el progreso de la ciencia y de la historia universal.
Los humanistas siempre han tenido una visión al respecto y nos han estado alertando sobre la posible deshumanización del hombre producto del uso irracional de las máquinas:
"El hombre no puede vivir sin fe. El problema decisivo para nuestra propia generación y la venidera consiste en si esta fe será una fe irracional en los lideres, en las máquinas y en el éxito, o la fe racional en el hombre, basada en la experiencia de nuestra propia actividad productiva (Fromm)".
"El verdadero conflicto no radica en el enfrentamiento de Occidente con Oriente, sino en el de la máquina con el hombre, en el de la personalidad con la organización. El hombre necesita la máquina y la organización, pero tiene que dominarlas y humanizarlas en vez de resignarse a ser mecanizado y deshumanizado por ellas. El verdadero peligro para el hombre, no está en los riesgos que corre la seguridad material, sino en el oscurecimiento del hombre mismo en su propio mundo humano (Tagore)".
Sin dudas la conciencia social irá cambiando, aunque lentamente, producto de la interdependencia de hombres y máquinas, de la cooperación entre dos inteligencias que requieren ser asimiladas y ampliadas.
En el futuro surgirán nuevas tendencias basadas en la cooperación de todas las inteligencias (nadie sabe cuantas ni como serán), y surgirán nuevas profesiones que tendrán que ver con las inteligencias no humanas, y sobre todo, creo, se intensificarán los estudios sobre la inteligencia humana: psicología, neurofisiología, antropología, sociología, parasicología y otras. Es totalmente racional pensar que el hombre ante la superinteligencia de las máquinas trate de comprender su propia humanidad y sienta mas que nunca la necesidad de conocer su propio cerebro (lo irracional sería que el hombre se dedicara a adorar a las máquinas como dioses). Las máquinas a su vez le servirán al hombre como impulsoras de nuevas fuerzas creativas, este al no tener que dedicarse a las actividades rutinarias, al no tener que memorizar nimiedades (dispondrá de grandes sistemas de memoria externa a los cuales podrá conectarse, ya sean colectivo o individual por ejemplo su base de conocimientos), no será esto una bendición para el hombre quien dispondrá de más tiempo para darle un uso más eficiente a su cerebro, o será el hombre tan torpe que en lugar de perfeccionar su sistema educativo buscando ser cada vez mas creativo, se aferre como única solución a la perfección de las máquinas, cuando en realidad ambos pueden ser mejores y ambos tanto las máquinas como los humanos dependen de la capacidad del individuo como ser social.
Creo en una sociedad futura donde hombres y máquinas desarrollen todas sus potencialidades y convivan armónicamente sin que ninguno tenga que perder su esencia. No se puede estar de acuerdo con una representación de la inteligencia humana restringida tan solo a producir valores materiales, que es el punto de partida de las sociedades posthumanas, hay otras manifestaciones de la inteligencia, como el arte, el deporte, la historia, la ciencia humanas. ¿Abandonará el hombre estas actividades a las máquinas? y serán ellas quienes hagan la historia, compongan canciones... Dejará la humanidad de disfrutar de la belleza, estoy seguro que no. La relación hombre robot puede llegar a ser una relación de respeto, algo así como al entrar a una reunión el hombre y la máquina coinciden en la entrada y uno le dice al otro: "Pase usted primero". "Ni hablar, usted primero".
jueves, diciembre 21, 2006
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