miércoles, junio 05, 2013

Los olvidados

Fragmento del libro Inteligencia artificial, el futuro del hombre.

¿Por qué los ricos alcanzan la gloria en este mundo, mientras los pobres tienen que esperar morirse?
En todos estos temas: el fin de la historia, el fin del mundo o el fin de la humanidad, siempre hay dos eternos olvidados: El individuo como ente aislado y los países pobres. Ellos no cuentan, solo se habla de la ciencia y la técnica, del Estado, de Dios.

¿El hombre es un ser lógico o un ser dominado por las pasiones y a merced de las fuerzas irracionales? ¿Es el hombre un ser alienado, lleno de angustia? ¿Vive el hombre enajenado en una sociedad mercantil que no valora su riqueza espiritual, sino la posibilidad de producir ganancias? ¿Es el hombre una “tabla rasa” que carece de carácter y temperamento? ¿Es el hombre un ser maleable que puede ser conformado por la sociedad?

Si el hombre es maleable éste se ajustará a cualquier clase de sociedad automatizada. En ese caso nadie puede dudar de la posibilidad del surgimiento del hombre tecnológico que sería el individuo adaptado a las necesidades tecnológicas, el hombre capaz de responder a los retos de la ciencia, de aceptar todos los requerimientos que le imponga la sociedad y de aceptar los valores que se desprendan de ese sistema tecnológico como propio. Este supuesto hombre pondrá sus necesidades humanas (si es que las tiene) en aras de las necesidades tecnológicas, la producción, la eficiencia.

Si el hombre no realiza sus potencialidades, se sentirá fracasado. ¿Cómo el hombre enfrentará las consecuencias de su fracaso? ¿Aceptará una sociedad poshumana sin sentirse frustrado? ¿Asumirá una actitud escapista ante el control de las máquinas: alcoholismo, drogas?

Hoy el hombre vive alienado con respecto a los medios de producción. ¿Vivirá entonces alienado con respecto a su identidad humana o se impondrán los sistemas autoritarios capaces de crear una conciencia colectiva en la que el hombre aceptará su condición poshumana a través del control absoluto de los medios de información: propaganda sugestiva, culto a la personalidad de un líder, exaltación del poder de las masas, etcétera?

Marx, quien fue uno de los filósofos mas preocupados por la esencia humana del individuo (es un grave error afiliar a Marx con las doctrinas de masas de corte totalitario de los sistemas stalinistas, tan ajenas a su espíritu profundamente humanista), dice: “Si queremos enjuiciar con arreglo al principio de la utilidad todos los hechos, movimientos, relaciones humanas etc., tendremos que conocer ante todo la naturaleza humana en general y luego la naturaleza humana históricamente condicionada por cada época” (4), y en otros de sus escritos dice: “en consecuencia al degradar el trabajo –que debería ser una actividad libre y espontánea del hombre– reduciéndole a un simple medio de subsistencia física, el trabajo alienado degrada la vida esencial, que se convierte en un medio para un fin. La conciencia que el hombre debería tener de sus relaciones con el resto de la humanidad se reduce a un estado de aislamiento en el cual él y sus compañeros se convierten en simples objetos insensibles. Así el trabajo alienado convierte la humanidad esencial del hombre en una propiedad no humana. Aleja al hombre de su propio cuerpo, de la naturaleza, y de su propia esencia espiritual, de su calidad de ser humano”.

¿Cómo influyen las computadoras en la vida social del hombre? Algunos pueden pensar de la siguiente forma: Las máquinas son cada vez más inteligentes, mientras el hombre es cada vez menos humano
Si aceptamos desde ahora la pequeñez del ser humano ante la colosal perfección de las máquinas (la máquina nunca se equivoca), ya desde hoy nos estamos preparando para la debacle y seremos nosotros mismos los responsables de la extinción de la raza humana. Creo que las restricciones que se le quieren poner a esas entidades superinteligentes en un futuro se le pueden sugerir desde ahora al hombre. Es éste quien debe saber que puede y que no puede hacer con la ciencia y la técnica. La contaminación es uno de los ejemplos de lo que no se puede hacer. Ya el hombre aprendió esa lección y sabe que no todo lo que produzca ganancias trae bienestar, que es necesario llegar a soluciones de compromiso valorando, además de la ganancia, otros factores no menos importantes. Hoy como nunca el hombre sabe que él es el responsable de su destino.

Norbert Wiener, fundador de la cibernética, es su libro Cibernética y Sociedad, dice lo siguiente: “Así pues la nueva revolución industrial es un arma de dos filos. Podrá utilizarse en beneficio de la humanidad, pero sólo si ésta sobrevive tanto tiempo como para llegar a un período en el que sus ventajas sean posibles. Podrá utilizarse para destruir a la humanidad y, si no se le usa inteligentemente, llegará muy lejos en esa dirección. Sin embargo aparecen en el horizonte algunos rayos de esperanza. Desde la primera edición de este libro, he tomado parte en dos reuniones con representantes del mundo de los negocios y fue para mi agradable experiencia observar en gran parte de los representantes una conciencia de los peligros sociales de nuestra técnica y la obligación social de los dirigentes de utilizar los nuevos métodos para beneficio del hombre, para aumentar su tiempo libre y enriquecer su vida espiritual, en vez de emplearlos sólo con vista a la ganancia y de adorar la máquina como un nuevo becerro de oro. Encontraremos muchos peligros en el avance, pero existen las raíces de la buena voluntad y no me siento tan pesimista como al publicarse la primera edición de este libro”.

Para algunos teóricos el Tercer Mundo no aporta nada al mundo moderno, son países “despreciables”. Lo mismo piensan sobre el individuo, que, como ser humano no aporta nada. Otra cosa es como ser social, como hombre-masa que puede ser movilizado y manipulado por los Estados. Nuestro planeta se basa en la cultura de los países desarrollados, en las sociedades de masa y en la economía de mercado. Bajo cualquier forma de gobierno, el hombre como individualidad no cuenta.

El tercer mundo no se incluye en ninguna teoría. Pero el fallo de estas teorías del mundo futuro es, precisamente, que estas teorías están lanzadas desde la óptica de los países más avanzados (en su momento Grecia, Roma, Francia, Inglaterra, etc.). Estos creyéndose ser el ombligo del mundo, no tuvieron en cuenta su decadencia y el surgimiento de otros países, “menos civilizados” pero mas saludables y robustos, capaces de echar por tierra el poderío de los que hasta ese momento estaban haciendo la historia. Japón es un caso reciente, exhibía de una economía atrasada a mediados del siglo XIX, hoy en día es uno de los países mas desarrollados e influyentes en la economía mundial.

¿Podrían suponer los historiadores romanos en la época de Augusto, la estrepitosa caída del imperio romano. El país dominante siempre cree que la historia universal será su propia historia y los Estados Unidos de Norteamérica no son una excepción. La historia ofrece ejemplos; y el más representativo es la debacle de la Unión Soviética, que marchaba con paso indetenible hacia el comunismo científico, algo así como el paraíso en la tierra. Para el estado soviético el derrumbe del capitalismo era inevitable, formaba parte de la historia y solo era cuestión de tiempo. (El capitalismo no se derrumba precisamente por ser una sociedad consciente de su enfermedad, una sociedad que sabe que está en crisis y que tiene que estar abierta a los cambios sociales para salvarse, cosa que no ocurrió en el dogmático sistema socialista de la antigua URSS).
Se espera el surgimiento de una superinteligencia dada por la relación hombre máquina. Esto implicará cambios en los países desarrollados que los conviertan en sociedades cada vez más inteligentes, hasta llegar a la superinteligencia. ¿Y los países pobres que? ¿Que pasará con aquellos países donde el uso de las computadoras es un lujo? ¿Como competirán con esas supercivilizaciones esos países tan atrasados, desinformados y hambrientos cuyo su único afán será subsistir? ¿Podrán ser creativos? Sabemos que la creación solo es posible en la abundancia; la carencia no deja al hombre pensar en otra cosa como no sea el luchar por su propia subsistencia.

Casi todos los expertos coinciden en que, a principios del siglo XXI, sucederá un salto cualitativo en la sociedad (por supuesto en las desarrolladas) o sea que estamos a pocos años de un salto para el cual no estaremos preparados. Sencillamente estaremos aun más rezagados; y tal vez definitivamente, irremediablemente, perdidos para siempre en la inmensidad del subdesarrollo.